Villa Hortensia, una casa de ensueños que luego de ser habitada por varios personajes célebres de la historia rosarina, termino rematada y convertida en distrito de la municipalidad.
Un palacio demasiado bello para ser distrito municipal
La mansión Villa Hortensia, fue construida en 1876 por pedido de José Nicolás Puccio, quién fue fundador del ex pueblo Alberdi. Ubicada en la calle Warnes con vista al río y a la plaza principal la casona ocupó un lugar importante en la historia arquitectónica de Rosario, sin embargo hoy su misterio pasa por un sentido oscuro.
Puccio, quien falleció en 1894, no llegó a habitarla en forma permanente, pero quienes tuvieron la suerte de recorrer cada rincón de la mansión fueron las hermanas inglesas del Colegio Santa Unión que alquilaron el hogar en 1892.
En 1907 Ciro Echesortu adquiere la propiedad por remate judicial. Tras su muerte y la de su mujer, Hortensia Larrechea, la mansión pasa a manos de una de sus herederas, Sara Echesortu de Lubarry. La mujer decide vendérsela a su cuñado Alfredo Rouillón quien la bautiza bajo el nombre de Villa Hortensia en honor a su esposa María Hortensia Echesortu.
Tras la muerte de María Hortensia la casona de barrio Alberdi empezó a perder su brillo, su esplendor. Debido a esto, en 1974 la familia Rouillón decidió cerrar las puertas de la casa y se inició así el remate de los bienes.
Con el paso del tiempo la residencia sufrió un gran deterioro y ante la posibilidad de demolición, en 1989, Villa Hortensia fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Más tarde, en 1996, bajo la intendencia de Hermes Binner, la municipalidad de Rosario adquirió la mansión para restaurarla y convertirla en el primer Centro Municipal de Distrito de la ciudad.
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